


La civilización maya fue una civilización mesoamericana, que se desarrolló en Mesoamérica y que destacó ​ por su escritura jeroglífica, uno de los pocos sistemas de escritura plenamente desarrollados del continente americano precolombino, así como por su arte, arquitectura y sistemas de matemática, astronomía y ecología.​ Se desarrolló en la región que abarca el sureste de México, correspondiente a los estados de Yucatán, Campeche, Tabasco, Quintana Roo y la zona oriental de Chiapas, así como en la mayoría de Guatemala, Belice, la parte occidental de Honduras y de El Salvador.
En el período Preclásico (c. 2000 a. C. hasta 250 d. C.) se desarrollaron las primeras sociedades complejas y se cultivaron los alimentos básicos de la dieta maya: el maíz, el frijol, la calabaza y el chile. Las primeras ciudades mayas se desarrollaron en torno a 750 a. C. Alrededor de 500 a. C. estas ciudades poseían una arquitectura monumental, incluyendo grandes templos con fachadas de estuco.
El poder político durante el periodo Clásico se centró en el concepto del «rey divino», que actuaba como mediador entre los mortales y el ámbito sobrenatural. La monarquía era usualmente hereditaria y patrilineal, y el poder pasaba al hijo mayor, aunque en más de un caso mujeres ostentaron el poder como regentes de sus hijos menores de edad o por derecho propio.
La civilización maya desarrolló formas de arte sofisticadas utilizando tanto materiales perecederos como durables, incluyendo madera, jade, obsidiana, cerámica, monumentos de piedra tallada, estucos y murales finamente pintados.
La historia de la civilización maya se divide en tres períodos principales: el Preclásico, Clásico y Posclásico;​ éstos fueron precedidos por el Período Arcaico, en el que se establecieron los primeros asentamientos humanos y se dio inicio al desarrollo de la agricultura.​ Los estudios modernos consideran estos períodos como divisiones arbitrarias de la cronología maya, en lugar de ser indicativo de la evolución cultural de los mayas o de su decadencia.​ Dependiendo del autor, las definiciones de las fechas de inicio y fin de los periodos pueden variar hasta un siglo.